miércoles, 15 de marzo de 2017

1.4.. El descriptivismo.

1. [Filosofía] Tendencia epistemológica según la cual la justificación última de todo conocimiento es la descripción del mundo.
 [Filosofía y Lingüística]
Concepción epistemológica según la cual la finalidad del lenguaje del conocimiento es la de representar el mundo “tal como es”. La mente humana sería, según eso, como un espejo capaz de “reflejar la realidad” (Richard Rorty).
Existen tres formas distintas de concebir el descriptivismo. En primer lugar se encuentra la postura de aquellos que consideran que todo conocimiento constituye de alguna forma una descripción; algunos autores explican, sin embargo, que toda descripción debe fundarse, a su vez, en algún conocimiento directo o inmediato, o sea, que el “saber acerca de algo” debe fundarse en un “conocer algo”. En segundo lugar, existe la postura de quienes creen que el descriptivismo es la tarea principal o la única de la filosofía. Entran aquí varias formas de descriptivismo, como pueden ser el descriptivismo de Dilthey, la fenomenología descriptiva de Husserl, o el descriptivismo lingüístico del segundo Wittgenstein; en medio de su diversidad, algo común a todos estos autores es su aversión hacia el constructivismo. En tercer lugar figura la tendencia orientada a considerar el lenguaje bajo su aspecto “descriptivo”; aquí se toma descriptivo en una acepción general, de forma que incluye también las explicaciones. El término descriptivo en este caso, viene a equivaler a “indicativo”, “declarativo”, etc. Contra esta tendencia han levantado su voz autores como Wittgenstein y J. L. Austin. El primero arguye que no hay que exagerar el carácter descriptivo del lenguaje, puesto que ése no es más que uno de los tantos aspectos propios del lenguaje. Además, un lenguaje descriptivo puede ser usado con propósitos no descriptivos (por ejemplo cuando se cuentan chistes, etc.). Austin, por su parte, piensa que la descripción queda casi siempre envuelta en algún lenguaje no descriptivo, o no estrictamente descriptivo.
Desde el punto de vista moral (descriptivismo ético), el descriptivismo afirma que los juicios morales pueden ser verdaderos o falsos. Hay un descriptivismo ético radical según el cual para comprender el significado de una proposición es preciso comprender las condiciones de verdad del enunciado, es decir, hay que comprender lo que ha de darse para que pueda denominarse verdadero. Contra este descriptivismo se han pronunciado autores como Austin, quien lo califica de falacia descriptiva, porque existen oraciones y expresiones cuyo significado no está condicionado por su grado de verdad. Tal es el caso, por ejemplo, cuando se ejecutan actos lingüístico expresables con los verbos “prometer” o “desear”, o con expresiones de tipo imperativo (“¡recoge la ropa!”, “¡cierra la puerta!”).
A la concepción descriptivista de la conciencia se le contrapone la concepción constructivista (post-analítica). Mientras que, por continuar con la comparación de Richard Rorty, para el descriptivismo la mente es como un espejo que permite conocer las “cosas en sí”, para el constructivismo la mente es un reflector, en el sentido de que todo conocimiento de la realidad está mediatizado por esquemas conceptuales que interpretan y seleccionan el material que forma parte de un determinado ámbito de la experiencia.
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